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Cómo mejorar la técnica de respiración

En nuestro artículo de consejos sobre la natación subacuática hablamos de la importancia de ejecutar movimientos técnicos rápidos con una reducida provisión de oxígeno, o incluso sin oxígeno, en lo que llamamos estado de hipoxia.

Ahora queremos centrarnos en la respiración. Porque, aunque parezca mentira, tenemos mucho que aprender sobre algo que hacemos hasta durmiendo, y la buena técnica de respiración nos ayuda a mejorar tanto en la piscina como en la vida diaria.

La concentración y la salud en general se benefician porque la técnica de respiración sirve para controlar nuestros estados emocionales, incluyendo el estrés y la ansiedad.

Vayamos directamente a la clave de la respiración correcta. El diafragma es el músculo que separa la cavidad torácica del abdomen. Pues bien, como los demás músculos, requiere entrenamiento para rendir al máximo. En este caso, con objeto de aumentar la elasticidad y por tanto el aporte de aire a los pulmones.

La buena respiración diafragmática es vital para los nadadores.

Vamos a proponerte un ejercicio muy simple que puedes hacer en cualquier sitio

Siéntate en el borde de una silla con la espalda recta y los pies en el suelo, sin cruzar las piernas. Coloca una mano en el pecho y la otra en el estómago. Toma aire por la nariz expandiendo el estómago, que debe empujar la mano mientras el pecho permanece quieto. Después exhala por la boca y relaja el estómago suavemente como si estuvieras suspirando. Tienes que sentir que el abdomen se hunde. Con las manos bien colocadas notarás enseguida si el movimiento es correcto.

Cuando domines la técnica, puedes dar el siguiente paso aprendiendo a coordinar la respiración con los latidos del corazón. Reducir el ritmo cardiaco mejora el rendimiento deportivo y acelera el recobro después del esfuerzo.

Prueba el siguiente ejercicio. Concentrándote en la respiración, tómate el pulso en la muñeca o en el cuello.

Inhala por la nariz mientras cuentas 3 pulsaciones y después exhala durante las 6 siguientes. Con paciencia y práctica te darás cuenta de que de verdad es posible bajar las pulsaciones.

Respirar es el acto más simple y natural que realizamos, pero en condiciones de esfuerzo requiere método

Si entrenas los músculos implicados te aseguras más resistencia y un recobro más rápido.

Una vez que eliminas ese factor de la ecuación, ya estás en condiciones de rendir al límite, hasta donde te permitan los músculos que participan directamente en la brazada.

¿Todo el mundo listo? Inspira… y espira…inspira…


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