El propósito de las palas es fortalecer la brazada, independientemente del estilo de natación.
Ya hemos hablado en el blog de las palas y su utilidad para corregir la brazada y aumentar la fuerza y la capacidad aeróbica.
Una ventaja adicional del uso de paletas de natación es coger más agua y con ello asegurarse una superficie de empuje mayor. Cuando te las quitas tendrás la angustiosa sensación de estar remando en vano y tardarás unos minutos en recuperar sensibilidad. Pero una cosa es cierta: las palas son instrumentos muy útiles para concentrarte en mejorar el movimiento de los brazos.
El propósito de las palas es fortalecer la brazada, independientemente del estilo de natación. La mejor manera de entender su utilidad es alternarlas con la natación clásica o bien variar la posición de las manos, por ejemplo cerrando los puños.
En este artículo encontrarás unos cuantos ejercicios prácticos para que aprendas a corregir la brazada de espalda usando palas.
Espalda con un solo brazo (utilizando palas)
El ejercicio requiere controlar bien las piernas, así que debes llevar aletas. Sitúate en la posición inicial extendiendo las piernas y con los brazos relajados junto al costado. Empieza la brazada moviendo nada más el brazo izquierdo, elevándolo y llevándolo extendido por detrás de la cabeza, y después introduce la mano en el agua empezando por el meñique. Entonces, inicia la fase de tirón. A la altura de los hombros estarás en mitad de la fase de empuje, punto en el que debes acelerar el impulso final para completar el movimiento. Repite con la mano derecha.
– En este ejercicio la atención debe centrarse en el empuje, puesto que podrás desplazar más agua gracias a las palas, y en el impulso final, que debe ser rápido para lograr más propulsión.
Espalda doble (utilizando palas)
Ponte las aletas y empieza a nadar de espaldas con los brazos extendidos en los costados y moviendo las piernas. Mueve los brazos de manera simultánea. Cuando las manos entren en el agua, mantén la posición mientras cuentas hasta 3. En ese punto tienes los brazos por encima de la cabeza y las manos bajo la superficie del agua. Rema con los brazos hacia los lados para ejecutar las fases de tirón y empuje.
– Aquí tienes que prestar atención a la postura del cuerpo, evitando tambalearte, y después ejecutar el tirón y el empuje con lentitud para usar la técnica correcta.
Espalda con los puños cerrados
Colócate las aletas y sitúate en perpendicular al borde de la piscina. Mueve rápidamente las piernas y después de 3 segundos empieza a nadar con la máxima frecuencia de brazada, cuidando de hacer las transiciones suaves y constantes.
– A diferencia de los otros ejercicios, en este caso debes concentrarte en la velocidad y las transiciones suaves. En los ejercicios anteriores, las palas movían más agua y así podías centrarte en el tirón y el empuje. Aquí la clave está en mejorar la velocidad empleando los movimientos que has aprendido.