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La natación y el asma

Grandes nadadores del presente y el pasado han sufrido y todavía sufren de asma, pero eso no les ha detenido en su camino hacia el éxito.

El asma (es decir, la inflamación crónica de las vías respiratorias) se considera como la epidemia del tercer milenio.

Aproximadamente un 6% de los niños entre los 6-8 años la sufren, con los síntomas empeorando en caso de estrés emocional, resfriado, medicación, polvo, comida y ejercicio físico.1

Por tanto, con la ayuda de las matemáticas, podría pensar:

(asma + ejercicio) = peligro!

Bueno, pues puedes estar equivocado.

El lugar donde practicas deporte juega un papel crucial: un entorno templado y húmedo como una piscina disminuye notablemente la patología en cuestión. Nadar realmente ayuda a reducir la constricción de los bronquios, que es uno de los síntomas principales del asma.

Si preguntas a tu médico o al pediatra de tu hija cuál es el mejor deporte para alguien que sufre asma, la mejor respuesta y la más frecuente será: la natación.

CÓMO CONTROLAR EL ASMA:

El único inconveniente que podrías encontrar, asumiendo que eres hipersensible al moho, podría ser en los vestuarios donde podría haberlo. Pero no te preocupes, porque todas las instalaciones deportivas, particularmente las piscinas, tienen revisiones continuas y minuciosas realizadas por las autoridades locales adecuadas.

No pienses en ningún momento que esta enfermedad te mantendrá lejos del deporte: un estilo de vida sedentario sería más dañino desde el punto de vista bronquial.

Y recuerda que casi 1 de cada 10 atletas que han participado en los Juegos Olímpicos sufren de asma. 2

UNA BREVE ANÉCDOTA

Observando los resultados de las carreras de los Juegos Olímpicos de Beijing de 2008, se señaló que el 19.3% de los nadadores con una exención para el uso de inhaladores ganaron un 32.9% de los eventos acuáticos. 3

¡Definitivamente un buen resultado para los enfermos de asma!

Un estudio llevado a cabo por la University of Western Australia llegó a la conclusión de que la natación es el deporte acuático con mayores enfermos de asma y que sufren asma más nadadores que cualquier otro deportista de resistencia.

Por lo tanto, el asma no es una excusa para no probar la natación y volver de nuevo a las matemáticas: (asma + natación) = victoria.

Respira hondo y sumérgete para prepararte y leer nuestro siguiente artículo.

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Fuentes:

1 Material universitario (diapositivas) para un curso farmacológico.
2 Estudio publicado por The British Journal of Sports Medicine.
3 Estudio publicado por University of Western Australia y estudio realizado por Fitch K., Therapeutic use exemptions (TUEs) at the Olympic Games 1992–2012.