A estas alturas no es necesario convencer a nadie de que la natación hace maravillas por la salud física y mental.
Aun así, hay circunstancias en las cuales está desaconsejado practicarla. Para empezar, obviamente, cuando alguien padece una enfermedad que empeora nadando, como es el caso de la otitis externa o inflamación aguda del conducto auditivo.
Descripción y causas
Como decimos, se trata de una infección de la parte exterior del conducto auditivo, el canal que lleva hasta el tímpano.
Seguro que ya sabes, o si no lo has sospechado, que se conoce como “oído de nadador” porque estos deportistas lo padecen con frecuencia debido al constante contacto del agua con la cavidad del oído.
El agua clorada termina al cabo del tiempo por eliminar la cera que se produce de manera natural y la humedad ayuda a extender las bacterias que secan y escaman la piel, produciendo dermatitis seborreica.
Otro factor que contribuye a la infección es el uso de ciertos jabones y champús. Cuando entran en contacto con el oído, pueden producir irritaciones severas y dañar el área afectada.
Síntomas
Estas son las señales de alarma que debes tener en cuenta para ir en busca del remedio adecuado:
- Secreción amarillenta o acuosa del oído.
- Problemas de audición.
- Ganglios linfáticos inflamados en el cuello.
- Dolor e hinchazón en el conducto auditivo.
- Irritación en el interior del oído.
- Zumbido en el oído.
- Erupción en el tímpano.
Los síntomas aparecen en la fase aguda, aproximadamente a las 48 horas de la infección inicial, y en casos crónicos pueden continuar durante otras 5 o 6 semanas.
Existe también un tipo de otitis externa necrotizante o maligna que sinceramente espero que no te entre nunca. Es la clase más temida porque se extiende por los tejidos circundantes y puede ocasionar mareos, parálisis cervical e incluso sordera. Afecta generalmente a los diabéticos.
Tratamiento para el “oído de nadador”.
Por lo general la otitis externa no es grave y se va sola en unos cuantos días.
De todas maneras, se puede acelerar el proceso siguiendo los siguientes consejos:
- Evita exponer el oído al agua, es decir, no entres en la piscina.
- No te metas nada en el conducto auditivo, algodón ni tapones.
- Usa una jeringuilla sin aguja para desinfectar inyectando una solución salina.
- Si te duele mucho recurre al viejo pero eficaz método de aplicarte una toalla caliente.
Si el dolor o la irritación se prolongan más allá de las 24 horas, vete al médico.
El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas y es posible que te receten antibióticos. En los casos más serios habrá que recurrir a los corticoides.
Como prevenir es mejor que curar, mira por tu salud secándote siempre los oídos con cuidado después de nadar. Dos minutos más en el vestuario no van a ninguna parte y te pueden ahorrar una infección.
Después toma una ducha caliente, relájate, ¡y a esperar el siguiente artículo!
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Bibliografía: