¡Esto sí que no entraba en tus planes! Tal vez habías pensado que al pasar tanto tiempo entrenando podía ocurrir, pero no que el chico con el que compartes el entrenamiento era el que te iba a poner el corazón a mil por hora.
Es más, nunca has querido mezclar la natación, que es tiempo dedicado a ti misma, con distracciones ajenas al deporte.
Y sin embargo ahí lo tienes, nadando tranquilamente en la calle de al lado, mirando de cuando en cuando y haciéndote pensar en cada palabra que ha dicho todo el rato que dura la rutina.
¿Estás dispuesta de verdad a convertir un momento del día que reservas para ti en una ocasión para el coqueteo? Corres el riesgo de perder el control sobre tus emociones y tal vez en otras circunstancias ni siquiera te hubieras fijado en él. Sin embargo ahora ya no tiene remedio y debes tomar una decisión. ¿Qué vas a hacer? ¿Estás preparada para jugártela?
Antes de nada, es importante saber hasta qué punto va afectar a tu entrenamiento.
Acuérdate siempre de que entrenar es tu prioridad y así no perderás la concentración. Ahora bien, si realmente crees que merece la pena ganarte sus favores, trata al menos de respetar tu horario y no cambies tus hábitos para seguirle por todas partes.
Si llega el punto en que su influencia te descentra demasiado y cuando está presente no puedes pensar más que en él, trata de distraer tu atención. Charla con tus compañeros de equipo o de entrenamiento. Te ayudará a centrarte de nuevo en el deporte y al mismo tiempo a no parecer demasiado interesada. Recuerda que en el amor gana el que huye y la mejor manera de que te hagan caso es precisamente no dejar ver tus preferencias.
Ten presentes estos consejos para demostrar a tu querido vecino de calle que eres una chica independiente. ¡Conquístale con tu entusiasmo, tu espíritu deportivo y tu dedicación!
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