Como hemos visto en anteriores artículos, tanto en crol como en braza se parte desde el bloque de salida o poyete. Sin embargo, hay muchas diferencias entre ambos estilos. Vamos a examinarlas juntos.
SALIDA DE CROL
Una vez que estás en posición de salida sobre el bloque y has elegido la técnica de salto (de agarre o convencional), al oír la orden del juez o la pistola date impulso con fuerza usando las piernas, con los pies apuntando hacia atrás y los brazos extendidos por delante. Mete la cabeza entre los hombros y busca el ángulo correcto de entrada. Para el crol, un ángulo de aproximadamente 40 ͦ.
Cuando hayas entrado en el agua, intenta adoptar una posición hidrodinámica, de manera que el avance sea lo más eficiente posible y puedas explotar la velocidad del salto al menos dos segundos.
Después, ejecuta tres o cuatro batidas rápidas de mariposa y al salir del agua pasa a la batida de crol.
Te ofrezco un consejo: prueba a no respirar durante las primeras dos o tres brazadas para no ralentizar la propulsión.
SALIDA DE BRAZA
Al oír la orden del juez o la pistola de salida, haz exactamente lo mismo que en la salida de crol, pero impúlsate ligeramente más alto empleando los músculos del estómago para lograr un ángulo de entrada más abierto.
El ángulo correcto en braza está entre los 45°y 48°, de manera que el descenso dentro del agua sea mayor.
Una vez te encuentres en posición hidrodinámica, ejecuta dos brazadas largas a dos manos (las manos extendidas delante de la cabeza al inicio y pegadas a los costados al final), dobla los codos, desplaza las manos hacia delante bajo el pecho durante la fase de recuperación y ejecuta una patada de braza.
A medida que empieces a perder velocidad, lleva el cuerpo hacia delante y en dirección a la superficie en el momento del impulso y empieza a nadar.
De acuerdo con las normas tienes derecho a una batida de mariposa en cualquier momento de la fase subacuática antes de la patada de braza; para aprovechar la velocidad del salto, sugiero hacer la batida antes de la brazada larga a dos manos.
Un consejo: no practiques la salida al final de las sesiones de entrenamiento, sino al principio, mientras aún tienes toda la energía y la concentración que necesitas. Así te aseguras de que la práctica realmente te ayuda a mejorar.