¿Cómo eliges el deporte correcto para tu hijo? Y, ¿cuándo sabes si es el momento de dejarlo? Ten en cuenta estos consejos mientras sopesas tus opciones.
Está sobradamente demostrado que participar en deportes es beneficioso para los niños: contribuye a su desarrollo físico, mental y emocional y les ayuda a aprender cómo adquirir auto-estima, resistencia y deportividad. Además, cuanto más frecuentemente participen en deportes, más opciones tendrán de ser activos cuando sean adultos.
Por tanto, ¿cómo elegir el deporte correcto para tu hijo? Ten los factores siguientes en cuenta:
Intereses, capacidades y temperamento. ¿Hay algún deporte en particular que le gusta ver a tu hijo en TV? ¿Prefiere los deportes individuales o en equipo? ¿Es mejor en actividades que requieran principalmente resistencia, velocidad, coordinación? ¿Quiere hacer algo que todos sus amigos hacen o algo que solo le gusta a él/ella?
Disposición emocional y física. Habla con el instructor o entrenador para saber qué características físicas (Fortaleza, altura, resistencia, habilidades motoras complejas, etc.) son necesarias, y habla sobre la disposición mental de tu hijo para seguir las instrucciones, la práctica del trabajo en equipo y el manejo de la presión en la competición.
Tiempo y coste involucrado. Evalúa las distancias y el tiempo de práctica necesario y asegúrate de que son compatibles con el horario familiar y con las tareas escolares de tu hijo, además del resto de compromisos. Y sé honesto sobre si puedes permitirte la inversión en las lecciones, uniformes, calzado y equipamiento.
Particularmente, en primaria, los niños se encuentran en la fase de “prueba” y deben exponerse a diferentes tipos de actividad es que les ayuden a descubrir cuál es la que más les interesa. Antes de registrarle en una nueva actividad, habla con él y decide cuál sería un periodo de prueba adecuado, considerando que muchas habilidades llevan tiempo en su desarrollo y que ese deporte tal vez no sea agradable hasta alcanzar un cierto nivel de perfección.
La decisión de dejar un deporte puede ser especialmente sensible. Por un lado, deseas que tu hijo aprenda perseverancia (y no arrepentirse de haberse rendido demasiado rápido en algo que tal vez le habría recompensado más tarde), y por otro, no quieres forzar a tu hijo a tener que hacer algo que no se ajusta a sus gustos. A continuación, explicamos algunas señales que podrían aclarar que es el momento de probar otra cosa:
Ya no es divertido. Los intereses de los niños cambian a medida que crecen y se desarrollan. Si tu hijo va a los entrenamientos solo para complacerte (tal vez fuiste una estrella del fútbol, y tu hija sabe que te gustaría que siguieras tus pasos), da un paso atrás y obsérvalo de manera más global. Tal vez hayas invertido tiempo y dinero en lecciones, uniformes y equipos, pero si tu hijo ya no disfruta de ese deporte, tal vez es el momento de dejarlo.
Los típicos nervios previos a la competición se vuelven en unos auténticos ataques de ansiedad. De nuevo, se supones que el deporte para los niños debe ser algo divertido, por tanto, si tu hijo está estresado hasta el punto de que su descanso y su trabajo escolar se ven afectados, tal vez es el momento de hacer una pausa.
Tu hijo se lesiona constantemente. Si tu hijo pasa más tiempo en el banquillo que realmente jugando, o tiene una lesión que no termina de curarse, tal vez sea mejor cambiar a un deporte diferente en lugar de arriesgar un daño prolongado. Un corredor con una lesión crónica, por ejemplo, tal vez se encuentre mejor probando el ciclismo o la natación.
El entrenador es agobiante. Muchos entrenadores jóvenes son muy exigentes e intentan endurecer a sus jugadores, pero algunas se pasan llegando a abusar de su posición de poder. Si el entrenador empuja o insulta a los jugadores, o les fuerza a hacer ejercicios que pasan el punto del agotamiento, o jugar cuando están lesionados, eso, seguro que no es un entorno saludable.
Tal vez tu hijo pruebe varios tipos de deportes antes de encontrar el adecuado, pero recuerda que más que enseñarle habilidades físicas específicas, los deportes permiten a los niños hacer nuevos amigos, aprender disciplina y trabajo en equipo, además de desarrollar los hábitos de un estilo de vida activo. Esos beneficios y lecciones permanecerán con ellos en su edad adulta.
¿Cuántos deportes practicó tu hijo hasta que encontró el adecuado?