Muchas personas adquieren malos hábitos y estrés durante las fiestas. A continuación, explicamos una serie de consejos para hacerlas más agradables y que induzcan a una menor sensación de culpa.
Hacemos las mismas promesas todos los años: No dejaremos los regalos hasta última hora, no nos estresaremos, no nos pondremos a comer dulces sin ton ni son…. Pero siempre, enero comienza con un agotamiento general y más pesados. ¿Qué podemos hacer para que estos festivos sean más relajados y agradables – y reducir la necesidad de hacer millones de promesas en Año Nuevo cuando todo haya acabado? A continuación, os mostramos algunas sugerencias:
Organizarse. Intentar hacerlo todo en el último minuto es estresante, por tanto, planifica con calma y organízate. Haz un calendario de los eventos, y anota los regalos, comidas, donaciones de juguetes, etc., que esperas llevar a cabo. Haz una lista de los regalos y de las tarjetas de felicitación, y cómpralas, así como los papeles de regalo con antelación. Además, ten algunos regalos de anfitrión a mano, así estarás preparado para las invitaciones inesperadas.
Vuelve a evaluar tus hábitos al hacer regalos. Si los regalos te provocan más ansiedad que alegría, tal vez es el momento de hacer algunos cambios. Necesitas implantar un presupuesto más realista y mantenerlo. ¿Necesitas recortar tu lista de regalos para eliminar amigos con los que intercambias regalos como un hábito, incluso aunque no tenéis ya una relación cercana? ¿Tienes una familia grande (o muchos compañeros de trabajo) con los que intercambias regalos que estarían más interesados en escribir los nombres como el amigo invisible en lugar de comprar regalos individuales para todos? ¿Puedes simplificar las cosas comprando el mismo regalo para múltiples personas de tu lista?
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Trata el estrés familiar. Las reuniones familiares por estas fiestas puede ser el evento del año…. O pueden ser absolutamente miserables. Si sabes que seguramente van a surgir ciertos problemas, establece normas con antelación (niños: no se grita en casa; adultos: no se habla sobre política). Si eres el anfitrión, no temas pedir a otros miembros de la familia que te ayuden a cocinar y en otras tareas. Si estás presionado en gastar más de lo que puedes permitirte en regalos, tal vez es el momento de sugerir que cada uno retroceda un poco – y tal vez gastar el dinero en beneficencia o en una actividad divertida juntos en lugar de comprar más y más objetos. Sí, las fiestas son un periodo de tradición, pero si es algo que realmente no te gusta, considera otras alternativas. ¡Alguien tiene que empezar nuevas tradiciones!
Deja tiempo para ti. Las fiestas son extremadamente ajetreadas, y eso hace que sea aún más importante tener un poco de mi tiempo” cada día para ayudarte a mantener la calma, especialmente si eres introvertido. Ya sea meditando, leyendo, escuchando música, pasando unos minutos con tu hobby favorito o simplemente relajándote, encuentra algo que te permita darte un respiro y recargar tus baterías.
Come razonablemente bien. Las fiestas es el momento de mimarse… pero sin pasarse. No seas demasiado estricto contigo mismo y te pierdas toda la diversión del momento (o contenerte tanto que al final tires la toalla y te sumerjas en tres semanas de dulces, alcohol y darte un atracón en cada comida), pero ten en cuenta que las amenazas deben ser eso, no el componente más importante de tu dieta. Seguro que en algunas ocasiones necesitas tomar algo por ser educado, pero en su mayor parte sé consciente si realmente tienes hambre o no, no te tomes otra galleta simplemente porque tienes el plato delante.
Haz ejercicio. Mientras que sería ideal hacer algo de ejercicios extra para compensar las calorías adicionales que tomes en estas fechas, para muchas personas, simplemente no es realista en diciembre. Intenta incorporar actividad física en tus actividades diarias siempre que puedas. Por ejemplo, aparca más lejos, sube las escaleras en lugar de coger el ascensor y limpia la casa vigorosamente. Otra cosa que puedes hacer es asegurarte de que las reuniones familiares no son solo sentarte y hablar. Cuando sales con tus amigos a tomar algo, encuentra un sitio con música en vivo y baila para quemar algunas calorías. Cuando pases el tiempo con la familia, lleva a tus sobrinos a patinar sobre hielo, o anima a todos a dar un paseo después de la comida.
Si empiezas a sentir estrés a medida que se acercan las fiestas, intenta identificar si son tus propias expectativas o las de los otros las que te causan esta tensión. Mantén una actitud saludable y realista y no entres en el juego de intentar ser perfecta. Cuando hayas hecho todo lo posible por eliminar las fuentes de tensión, tal vez sea el momento de crear un pensamiento positivo – y recordar de lo que en realidad se tratan las fiestas.
¿Cuáles son tus modos favoritos para reducir el estrés de las fiestas?