¿Seguro que necesitas un monitor de actividad para nadar?

Tecnología
Escrito por: Filippo Antoniello at 29 julio '16 0
You are reading: ¿Seguro que necesitas un monitor de actividad para nadar?

“Sin datos lo que tienes no es más que una opinión”. Esa era la idea que rondaba la cabeza de nuestro protagonista mientras se agarraba a la corchera como un boxeador contra las cuerdas, intentando usar el escaso oxígeno que le quedaba para recordar un par de cifras.

Pero vamos al inicio de la historia, porque el final te va a tocar decidirlo a ti.

El lunes empiezo a nadar. En serio.

La nuestra es una de esas historias sobre un personaje que, como muchos otros, un día deja de usar su “vida ajetreada” como excusa y le pone nombre a lo que de verdad le ha impedido entrenar hasta ahora: la pereza.

Una vez identificado el enemigo, vencerlo no tenía mucho misterio. Bastaban 15 pases para la piscina y una equipación seudoprofesional que le inspirase confianza en sí mismo. Un par de bañadores nuevos, unas gafas de tío duro para marcar el territorio a los otros usuarios de la calle, un gorro de silicona, y ya estaba listo.

Estar bien equipado es vital para sentirse en la piscina como en casa: “Chavales, no penséis que vais a dejarme atrás”. Por supuesto, eso fue exactamente lo que terminó pasando.

Las primeras cuatro semanas fueron muy duras para nuestro protagonista, obligado a poner de nuevo en marcha todas las piezas oxidadas. En un par de meses, sin embargo, cuando logró ganar algo de resistencia y empezó a nadar a un ritmo decente, los beneficios de la natación se fueron manifestando uno tras otro: los dolores de espalda se esfumaron, la respiración se volvió más profunda, sus alergias mejoraron, dormía mejor y la capa de grasa que llevaba encima se redujo.

Como se acostumbró rápido a su recién adquirida sensación de bienestar, cada vez quería más. Por eso, igual que Eddie Morra en Limitless, nuestro hombre se puso a buscar su particular NZT-48 en interminables lecturas sobre cómo nadar más y mejor.

El problema

Al final se daba siempre de bruces contra el mismo obstáculo. Por muy simple que fuera el entrenamiento, aun había que llevar la cuenta de los largos, los estilos que empleaba en cada uno e incluso del número de brazadas. Y todavía más importante, tenía que medir sus progresos semanales. Demasiado pedir para alguien tan despistado como él, que se deja en casa las chanclas una vez sí y otra no.

La rapidez con que había vuelto a sentirse en plena forma en cuatro semanas le hizo atribuirse un “índice de mejora” falso, porque después le costaba mucho hacer ningún progreso,  o al menos ninguno digno de mención. El entusiasmo de nuestro héroe por sentirse como nunca fue dejando paso a la aburrida rutina de “mantenerse en forma”.

Pero, como decíamos al principio, esa no era más que la opinión de un nadador aficionado sin demasiada resistencia, calculando a ojo su progresión mientras se agarraba a la corchera.

¿La solución?

Siempre había sido un obseso de la tecnología, así que recurrió a ella en busca de respuestas y empezó a buscar en Internet algún invento que pudiera hacer mediciones cualitativas y cuantitativas de su esfuerzo.

Después de todo, hoy en día ningún corredor que se precie puede pasar sin un monitor de actividad, el dispositivo que registra todos los parámetros útiles para controlar y mejorar el rendimiento. El problema es que al elegir un monitor de actividad para la natación, la diferencia entre aparatos sumergibles y aparatos diseñados para monitorizar el nado puede resultar confusa.

Ahora necesitamos que intervenga quien más sabe: tú.

Ha llegado el momento de que escribas el final de la historia y ayudes al protagonista (que, como habrás adivinado, es el autor del artículo) a hacer la mejor elección. El resultado, en la próxima entrega.

Por el momento, ¿qué opinas?

¿De verdad hace falta un monitor de actividad?

¿Cuál usas y cuál es el mejor?

¡Añade tus comentarios aquí o escribe directamente a f.antoniello@arenawaterinstinct.com!

Author

Escrito por:

Filippo Antoniello

Technology geek, solitary traveller, lover of beauty, former fencer, novice swimmer and terrible at describing himself. I work for arena as a Digital Brand Manager, so if you do not like this blog we will never be friends.