La mayoría de las personas que van a leer este artículo son probablemente deportistas no profesionales, incluyéndote a ti, lector o lectora. Así que hazte tú también la pregunta. ¿Por qué nadas o haces triatlón? ¿Qué te empuja a machacarte durante tantas horas, todas las semanas?
Para los profesionales la motivación viene sola, en forma de resultados, reconocimiento y recompensa económica. Para los demás, no es tan evidente.
La mayoría de nosotros no vamos a hacernos ricos y famosos con el deporte, ni aspiramos a llegar a la Olimpiada. Sin embargo, eso no quiere decir nuestros objetivos no sean importantes, sino que necesitamos sacar de otra parte la fuerza de voluntad necesaria para superar los obstáculos.
Las dotes naturales cuentan para triunfar en el deporte, pero no bastan. Lo que al final importa es cómo desarrollas tu potencial. La manera de sacar el mayor partido a tus condiciones físicas es la constancia, que depende siempre de la determinación.
La motivación es la fuerza moral que procede de actuar convencidos de lo que hacemos. La energía que lleva al éxito viene siempre de dentro.
Ahora bien, donde reside el verdadero secreto es en la precisión. Sabes que quieres nadar los 100 m de crol en un minuto. De acuerdo, pero todavía necesitas afinar. ¿Para qué fecha quieres lograrlo? ¿Cómo? ¿Quién te puede ayudar? Hay trazar una hoja de ruta tan completa como sea posible.
Además, la meta tiene que ser realista. Si nadas los 100 m en 1’10’’, no vas a bajar a 50’’ en seis meses, pero sí a 1’06’’. Quien se pone metas que no son realistas se arriesga a perder del todo la motivación.
También resulta muy eficaz determinar una fecha EXACTA. “En seis meses” deja lugar a la ambigüedad. “El 1 de febrero del 2022” es una manera de formularlo mucho más clara y funciona mejor.
El objetivo sin el plan está condenado. Decide de antemano qué vas a hacer en cada momento y así tendrás siempre disponible un “manual de instrucciones” para llegar donde quieres.
Al fin y al cabo, cuando alguien está cerca de un objetivo muy codiciado se dice que “casi puede tocarlo con la punta de los dedos”.
Este método se conoce en sicología del deporte como “visualización” o “imagen mental” y lo usan mucho los pilotos de Fórmula 1, de Moto GP y los golfistas.
A pesar de lo simple que parece, no por ello resulta menos efectivo. Lo único que debes hacer es buscar un sitio tranquilo para sentarte o tumbarte, cerrar los ojos y dejar que trabaje la imaginación. Piensa en todos los detalles que llevan a realizar tu meta.
Con la práctica, serás capaz de crear tu “imagen mental” cuando estés a punto de iniciar la prueba y eso te permitirá superar con éxito los puntos críticos. También funciona para ganar motivación. Si lo empleas bien, no hay otra manera más eficaz de mantenerse concentrados al máximo.
No es un proceso fácil. Requiere tiempo, constancia, y a veces hasta el asesoramiento de expertos, pero merece la pena.
¡Ánimo!