Cómo prevenir y superar el miedo de los niños al agua

A los más pequeños el agua les puede inspirar la fascinación de la novedad, pero también el temor a lo desconocido. Incluso entre los adultos hay quien le tiene respeto.

Para superar el miedo, lo primero es aprender a evaluar si de verdad estamos en una situación de riesgo, como puede ocurrir, por ejemplo, cuando nadamos en aguas abiertas. La preocupación sin motivo convierte el agua, incluso en el entorno controlado de una piscina, en un medio hostil, y suele terminar con la renuncia definitiva a los deportes acuáticos.

Si exponemos a los niños al agua cuando son pequeños, obviamente tomando las correspondientes medidas de seguridad, estaremos ayudándoles a ganar confianza.

A veces encontramos difícil introducir a los niños en el medio acuático porque no sabemos muy bien qué pasos seguir, incluso si estamos de vacaciones junto al mar o si vamos con frecuencia a la piscina. Por eso es importante llevarles a clase de natación desde una edad temprana. Importante para que aprendan ellos y también para aprender nosotros las técnicas que nos permitan ayudarles a tener una buena relación con el agua.

Si el niño está en edad preescolar o escolar y tiene miedo al agua, conviene llevarlo a un curso de natación lo antes posible. Hay muy buenas razones para no tomarse a la ligera el problema:

1. Para empezar, si supera el miedo tendrá más posibilidades de beneficiarse un día de las ventajas de saber nadar, tanto para hacer deporte como por su seguridad.
2. En segundo lugar, hay que pensar que esta limitación va más allá de lo estrictamente deportivo e influye también en la vida diaria. Imaginemos por ejemplo unas futuras vacaciones con la familia o los amigos, cuando situaciones que deberían ser pura diversión se convierten sin necesidad en una fuente de estrés.

¿De dónde viene el miedo al agua? Con frecuencia se trata simplemente de alguna experiencia negativa en el pasado, como un accidente, pero no es ni mucho menos el único motivo posible. Si no introducimos a los niños en el mundo de la natación, o también si lo hacemos mal o con prisa, podemos provocar un sentimiento de rechazo.

A los niños les influye mucho la manera en que las personas en que más confían, su familia y sus profesores, les presentan cualquier actividad nueva.

Resulta fundamental proporcionarles los recursos y conocimientos básicos que necesitan. Así tarde o temprano llega el momento en que se dan cuenta de que pueden controlar sus movimientos dentro del agua con la misma confianza que cuando están en tierra firme.  El trabajo esencial del monitor es hacerles comprender eso de la manera más eficaz y segura posible.