La natación es un deporte precioso que ofrece enormes beneficios para el cuerpo y la mente (por algo es el más practicado en el mundo). Cada cual tiene sus razones para nadar. Unos por divertirse y otros para ponerse en forma o perder unos kilos. Algunos porque les tienta la competición y otros porque quieren relajarse. De hecho, nadar es una forma excelente de reducir el estrés, suavizar la tensión y terminar con el mal humor, y además se puede hacer en solitario o en grupo.
¿Qué es mejor? Depende de qué busques en la natación.
Nadando a solas exploramos mejor nuestros límites al tener un contacto más íntimo con el agua, abandonados a nuestros pensamientos y encarando los retos y los objetivos individualmente. Por otro lado, las actividades acuáticas en grupo nos permiten hacer amigos, fortalecer el espíritu de equipo y aprender tanto a colaborar como a competir. A cada cual lo suyo. Ahora bien, si eres principiante es más que recomendable empezar con un instructor cualificado que te enseñe una buena técnica para los cuatro estilos (crol, espalda, braza y mariposa). Una vez que domines al menos dos estilos puedes empezar un programa para entrenar, dos o tres veces por semana, siempre bajo la guía del monitor. Es mejor evitar las soluciones autodidactas que además de ineficaces pueden incluso resultar perjudiciales.
Nadar largos
La natación libre en piscina se puede hacer en calles dedicadas y en determinados días y horas. En ese horario puedes estar en el agua todo el tiempo que quieras, usando el estilo que te apetezca y sin instrucciones del monitor. Es probable que debas compartir el carril, pero en ese caso basta con seguir unas cuantas normas de cortesía para no molestarse unos a otros. Por ejemplo, debes usar la calle que se adapta a tus habilidades, nadar siguiendo el tráfico y permanecer a la derecha. No saltes cuando haya alguien acercándose al borde. Reduce la marcha y espera en la esquina junto al aborde si te van a adelantar.
Cursos en grupo
Por otra parte, si lo que quieres es hacer amigos, conocer gente, pasártelo bien y compartir metas y resultados, la mejor solución es apuntarse a un curso. Para los principiantes, el trabajo de grupo (que no debería exceder las 6-7 personas) está orientado a sentirse seguros en el agua y adquirir las técnicas básicas de nado y respiración. Una vez que domines los fundamentos será la hora de diseñar un programa. Si te gusta el agua pero temes aburrirte, también puedes seguir cursos de actividades aeróbicas como gimnasia o ciclismo acuático, donde te harán moverte al ritmo de la música para hacer el ejercicio más variado y alegrarte el día.
Lo primero, la constancia
Decidas nadar en solitario o con compañeros de aventura, tu primer objetivo debe ser la constancia. Primero piensa cuánto tiempo tienes y así podrás diseñar un programa realista (2-3 veces a la semana es perfecto). Para nadadores de nivel medio, el ideal sería nadar al menos 30 minutos sin interrupciones con un ritmo cardiaco regular y una postura correcta.
¿Ya sabes qué tipo de entrenamiento se adecúa mejor a tus preferencias? ¿Quieres compañía o prefieres dar unas brazadas en solitario?