La natación nocturna en aguas abiertas puede ser una experiencia mágica. Aquí tienes unos cuantos consejos a tener en cuenta antes de entrar en el lago o en el mar.
Practicar de noche nuestro deporte al aire libre favorito le añade una cierta magia. Produce una sensación un punto exótica y surrealista, lo mismo si estás esquiando campo a través a la luz de la luna llena o haciendo bici de montaña con la luz del faro.
Con la natación pasa lo mismo. Puede que algunos piensen que sumergirse en el mar a medianoche es más propio de adolescentes, pero la oscuridad y el hipnótico batir de las olas brindan una experiencia difícil de olvidar para nadadores de todas las edades. Meterse en las aguas de un lago o del mar en una cálida noche de verano nos hace sentirnos vivos: es al mismo tiempo relajante y vigorizante. Tal vez sea la tranquilidad, una vez que se ha marchado el público diurno, combinada con la cercanía del peligro (o el riesgo de que te pillen, si has entrado sin ropa). Desde el agua podrás ver las estrellas sobre tu cabeza y el destello de las luces en la orilla. Incluso, si tienes suerte, a lo mejor puedes vislumbrar por un segundo algún ejemplo de bioluminiscencia en acción.
La natación nocturna es estupenda, pero no te abandones tanto al momento como para olvidarte del sentido común. Aquí van unos cuantos consejos para que la experiencia te deje un buen recuerdo.
No vayas sin compañía. Ya sabes que por norma general no debes nadar en solitario, y lo mismo aplica por partida doble si practicas en aguas abiertas, y triple en aguas abiertas de noche. Puede que no pase nada, pero para qué correr un riesgo innecesario.
Infórmate. Consulta la tabla de mareas y pregunta por las corrientes si no conoces la zona. Pon atención a los carteles que avisan de la presencia de medusas o resaca.
No vayas demasiado lejos. Nada en paralelo a la costa si puedes. Si nadas mar adentro, mide el esfuerzo y guarda fuerzas para la vuelta.
Asegúrate de que hay luz. La luz de la luna puede ser suficiente, pero no la de las estrellas. Si de repente las nubes cubren la luna, te puedes encontrar en medio de una oscuridad total. Los nadadores de maratón y los piragüistas que les acompañan usan linternas, lámparas estroboscópicas, barras luminosas y luces LED para ver y ser vistos. Si tienes pensado alejarte mucho de la costa, tú y tus acompañantes podéis considerar alguna de esas opciones para saber dónde están los demás. (Ten también en cuenta que, dependiendo del lugar, la luz puede atraer compañía indeseada desde el fondo marino). Cuando en la costa no haya referencias, coloca un punto luminoso que te marque el punto de regreso.
Si te atrae la idea de nadar de noche pero no convences a nadie para acompañarte, algunos clubes organizan salidas nocturnas, e incluso competiciones.
Nadar bajo las estrellas es una gran experiencia— ¡No lo dudes, una de las que no te puedes perder!
¿Tienes alguna aventura de natación nocturna que quieras compartir con nosotros?