¿Alguna vez te ha parecido que estás haciendo algo mal cuando nadas a braza pero no sabes cómo mejorar? En este artículo intentaremos explicarte cuáles son los errores más comunes y cómo corregirlos gracias a unos cuantos ejercicios muy efectivos.
La braza es el estilo técnicamente más complejo y el que requiere mejor coordinación. A diferencia de los demás estilos, en braza las piernas generan más propulsión que los brazos. Por eso resulta tan importante que el impulso producido por el tren inferior sea eficaz al máximo.
1. Los pies no rotan hacia fuera como es debido.
Incluso cuando realizas el movimiento correctamente, si la punta de los pies no está flexionada hacia la tibia la propulsión será débil, limitada e ineficaz.
CONSEJO: Intenta nadar con los brazos junto al costado, concentrándote solo en el movimiento de las piernas, y en particular en los tobillos.
2. Los músculos de la parte interior del muslo y el gemelo están relajados durante el barrido hacia fuera.
Concéntrate en esos músculos porque el impulso hacia delante procede del interior de la pierna. De lo contrario corres el peligro de mover las piernas sin generar fuerza y haciendo muchos gestos inútiles.
CONSEJO: Nada 6-8 x 25 m contando el número de patadas que das para completar una piscina. Intenta dar cada vez una patada menos.
3. El movimiento no es simultáneo.
Asegúrate de que tus piernas se mueven a la vez durante la fase de recobro y durante la fase de barrido hacia fuera.
CONSEJO: ¿Has probado a nadar de pie, sin moverte del sitio, ejecutando la patada de braza con las piernas mientras tienes los brazos pegados al cuerpo? ¡Pues ya puedes ir empezando! Con este ejercicio aprenderás a mover las dos piernas al mismo tiempo.
Lo que hemos dicho sobre las piernas aplica también para los brazos. O dicho de otra manera: presta siempre atención a la simetría.
1. Los codos en línea con las manos durante toda la brazada.
¿Te acuerdas del “dar cera, pulir cera” de Karate Kid? Pues intenta imitar el movimiento en la superficie del agua.
CONSEJO: Nada con los puños cerrados y sin dejar que la cabeza se sumerja durante la fase de recobro. Así podrás fijarte en los movimientos del brazo.
2. La muñeca gira.
No rotes ni dobles las manos respecto al antebrazo. Mientras estés en el agua, olvídate de que tienes muñecas o de que puedes mover las manos sin mover los brazos.
CONSEJO: Prueba a usar las palas arena Elite Finger ralentizando la brazada y concentrándote solo en el movimiento de los brazos. También puedes nadar con un brazo y luego con el otro, con el brazo que no usas extendido delante.
3. Las manos van más allá de la línea de los hombros durante la fase de empuje.
El movimiento del brazo debe estar siempre al alcance de la vista. Si no ves las manos porque las tapa el cuerpo, por detrás de la línea que marcan los hombros, lo estás haciendo de manera incorrecta.
CONSEJO: Mueve las manos más rápido de lo habitual, de forma que se reduzca el tiempo entre brazadas. Empieza por contar hasta 3 entre una brazada y la siguiente, después 2, y por último 1.
La clave de la braza es el ritmo y la coordinación. Saca el máximo partido del impulso que proporciona la patada y asegúrate de no mover la cabeza, siempre en línea con los hombros.
Sea como sea, ten presente que el estilo braza es el estilo personalizable por excelencia, como un traje hecho a medida, así que aprende a ejecutarlo bien y después adáptalo a tus cualidades lo mejor que puedas.
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