Si tienes una cierta experiencia en aguas abiertas, es posible que ya hayas competido alguna vez. Quizás incluso llevabas la competición preparada, te sentías bien y las condiciones eran óptimas. Sin embargo, en la salida te rodeó el grupo y ya no pudiste escapar del lío de brazos y piernas, a pesar de que tu ritmo era más rápido.
Resultado: la distancia que te separaba de la cabeza pronto se hizo insalvable y, a pesar de haber firmado una buena carrera, no pudiste evitar la decepción.
Esto es lo que puede ocurrir cuando te enfrentas a toda la variedad de situaciones posibles en un tipo de competición tan peculiar como el de las aguas abiertas.
Nadar en medio del desorden de patadas y brazadas de un grupo grande es una experiencia relativamente inusual, porque es difícil reproducirlo en la piscina. Por supuesto, se puede intentar, pero nadar en medio de cientos de competidores será siempre algo muy diferente.
En este artículo te damos algunos consejos útiles para hacer frente a las diferentes circunstancias que pueden surgir en las competiciones de aguas abiertas.
Todo el mundo quiere empezar en línea con la primera boya, para cubrir la menor distancia posible. No obstante, recuerda que muchos de los participantes son nadadores «profesionales» de aguas abiertas con mucha experiencia, que pueden competir a un ritmo muy rápido.
Te será más fácil moverte en la estela del grupo, tendrás menos gente a tu alrededor y podrás nadar mejor. Por supuesto, recorrerás más metros que el grupo de cabeza, pero nadar en mejores condiciones ayuda a avanzar más rápido.
Acelerar durante la carrera para adelantar posiciones supone un gran gasto de energía. Nadar en grupo a un ritmo cómodo, a rebufo del resto, permite ahorrar fuerzas. Hay que elegir con cuidado el mejor plan.
Gastarás una energía extra, pero el esfuerzo te permitirá ganar una posición de ventaja en el grupo. Así, puedes nadar con gente que va a tu ritmo y ahorrar fuerzas aprovechando la estela, sin luchar tanto para colocarte en una buena posición.
Recibir golpes durante toda la competición no es nada inusual. Tienes que estar extremadamente alerta para evitarlo.
Respira bilateralmente, asegurándote de tener siempre un brazo extendido al frente durante unos segundos para protegerte de las patadas de la gente que te precede. Una vez que hayas capeado el temporal, vuelve a nadar con más comodidad.
Recuerda los consejos que te dimos en Todo lo que hay que saber sobre la natación en aguas abiertas:
total: 3.400 m
¡Listo para tu próximo desafío de competiciones en aguas abiertas!